¿Para qué naciste?
Nadie peleará tus peleas.
Nadie impulsará tu causa.
Nadie tendrá la responsabilidad de hacer tu parte.
Es difícil. Es cierto. Pero; ¿acaso viniste al mundo para quejarte?
“Es más agradable dejarme llevar por la corriente”, podrás pensar.
Mira a todas las personas que son arrastradas por el río y su cause.
Irreflexivas. Inestables. Reaccionarias. Sin control y sin motivo.
¿Para eso te formaste?
¿Para permitir que la corriente te atrape?
¿Para que lo normal te pierda en su cauce?
Si es así; abraza tu almohada. Toma el celular y control y juega a ser el dictador en su cuarto. El dictador cuyos únicos poderes son el pedir comida a domicilio, cambiar la serie de televisión y pensar en lo que podría ser.
Mira a todas las personas que son arrastradas por el río y su cause.
¿Para qué naciste?